La Cátedra DAM celebra el Día Mundial del Agua reuniendo a expertos relacionados con la gestión sostenible del agua
La potenciación de la economía circular en la gestión del agua lleva consigo una sensibilización necesaria por parte de todos los actores implicados.
El Día Mundial del Agua ha reunido a expertos relacionados con la gestión sostenible del agua bajo el paraguas de la Cátedra DAM de Gestión Integral y Recuperación de Recursos del Agua Residual. La celebración de este año se centra en explorar cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI. La conferencia se ha desarrollado en el salón de actos de la ETSE de la Universitat de València, donde se han analizado las soluciones de futuro para la gestión del agua en el marco de la economía circular y una de las maneras de certificar una gestión adecuada por parte de empresas y organismos como es la huella hídrica o huella del agua. Ambos expertos han concluido en la necesidad de proponer un enfoque global de los problemas del agua desde el punto de vista de la sostenibilidad.
Enrique Cabrera, director del Instituto Tecnológico del Agua –ITA- de la Universitat Politècnica de València, ha dejado de manifiesto que debe realizarse un esfuerzo en cambiar la mentalidad de la ciudadanía y trabajar por recuperar los costes del agua en aras de la sostenibilidad. En su ponencia, el profesor Cabrera ha manifestado que un uso sostenible de los recursos de agua (incluyendo el mantenimiento de infraestructuras hídricas) tiene un coste elevado pero que es imprescindible pagarlo para no dejar hipotecadas a las generaciones siguientes. Además ha resaltado la importancia de la eficiencia tanto en el uso del agua como de la energía, dado que ambos recursos van de la mano.
En la segunda de las ponencias Juan Andrés Salido, de la empresa DNV GL y experto en sostenibilidad, huella de carbono y huella hídrica, ha profundizado sobre la importancia de la evaluación de la “huella del agua” en las organizaciones y en cómo los riesgos relacionados con el agua no pueden ni deben ser gestionados de forma aislada de otros impactos, recomendando siempre analizar toda la cadena de valor, desde los suministradores hasta los usuarios finales. Asimismo, resaltaba la necesidad de que los datos deben ser fiables y homogéneos para que puedan ser medidas comparables en todo el mundo.
Las conclusiones a las que han llegado ambos expertos confirman que la potenciación de la economía circular en la gestión del agua lleva consigo una sensibilización necesaria por parte de todos los actores implicados que facilite la implementación de tecnologías más eficientes en línea con la reutilización y recuperación de recursos.